lunes, 18 de abril de 2016

Un día de esos

16 de noviembre de 2015

Hoy tengo un día de esos en los que siento que soy lo suficientemente poderosa para mejorar el mundo.

Es lunes y todos en la oficina hablan de los atentados en París.

Creo que mejoro el mundo diciendo abiertamente que no creo que la respuesta sea más violencia, y no lo mejoro por tener más o menos razón. Lo mejoro porque he reflexionado sobre los últimos acontecimientos, me he imaginado el futuro inventando estrategias y consecuciones de hechos, como cuando me enganché al ajedrez y soñaba jugadas magistrales.

Y con violencia, siempre hay mate, pero para blancas y para negras.

Mejoro el mundo porque reflexiono y decido, no repito lo que dicen los demás si no es porque estoy de acuerdo y casi nunca comulgo con nadie al cien por cien.

Yo no quiero perder a nadie, necesito a todos los seres de este mundo, todos conforman el efecto mariposa que necesito, egoístamente, para tener mi propio final feliz.

Yo sigo viva, yo soy poderosa, yo puedo cambiar el mundo.


18 de abril de 2016 

Hace dos días que apenas consigo dormir y no me siento capaz ni de cambiar las toallas del baño.Como para cambiar el mundo estoy yo...

Mi vida está tranquila, he cumplido un sueño importante, voy consiguiendo objetivos, tengo salud, tú también, somos felices.

¿Qué cojones me pasa?

Cada día me pesa menos el culo y más el alma. ¿ Dónde se pide el certificado de discapacidad emocional?

Vuelve a ser lunes y todos en la oficina hablan de que ya llega el calor, que qué agobio...

Hoy no me da la paciencia para aguantar mamarrachadas y estoy al límite de agredir a seres humanos armada con un Pilot en cada mano, como el colgao' aquel,  el del vídeo que circula por Facebook, que se liaba a lanzar por los aires todas las pantallas de ordenador de la oficina.

El tío de las pantallas estaba hasta las pelotas y yo también lo estoy.

Y, ¿sabes qué creo que me pasa? Que trato de mantenerme fuerte, para demostrar que puedo con todo, que la catarsis que estoy viviendo no me afecta para nada, que cuando me hablas y caigo en cuenta de que  tenemos mucha suerte porque verbalices, es una sensación agridulce, pero no digo nada...

Pues no es así, oiga.

Mi cuerpo está cansado, está haciendo unos cambios brutales y dispone de poca gasolina.

Mi mente no da para más, con tanto papeleo y cambios que asimilar y tanta responsabilidad por asegurar, como podamos, tu futuro.

Mi alma llora mucho, supongo que lo necesita, está colapsada, llena a reventar de amor por ti, preocupada por hacerlo todo bien, feliz al mismo tiempo porque sabe que, en cuanto llore la última lágrima, comenzará una nueva etapa llena de momentos preciosos.

Y mi espíritu, sencillamente, quiere volar, huir, ¡está cagado de miedo!

Así que hoy vuelvo a sentirme poderosa, aunque no pueda con nada.

Yo sigo viva, yo soy poderosa, yo puedo cambiar el mundo... Pero no será hoy.

Y es que, a veces, los superhéroes también necesitan un descanso.