martes, 21 de junio de 2016

No sos vos, soy yo


Hoy me hablaste feo.

No es lo que dices es el cómo me lo dices a mí.

Me dio por rebobinar y me di cuenta de que hace tiempo que no me respeto, pero a través de ti.

¿Te chirría lo que hago y lo que no? ¿te molestan mis comentarios o mis cambios de humor?
Ese "tonito" despectivo con el que me hablas... quizá tienes algo que decirme y no te atreves.

Pero ese es tu problema.

Yo tengo otro bien grande.

Te voy a decir algo, amor.
He vuelto y mi consciencia ha vuelto conmigo, también me he traído fuerza, seguridad y un par de ovarios y, ¿sabes qué, vida mía? No estamos dispuestos a castigarnos más.

No merezco malas palabras, no merezco malos tonos, ni sentirme ninguneada, ni golpes en la mesa.

Y como sé que no los merezco, eso va a ser algo que no va a volver a repetirse jamás.

Tampoco voy a volverme a conformar con menos de lo que necesito y, ¿sabes qué, miarma? Esta que está aquí necesita mucho, mucho, mucho más de lo que representas tú.

Pero sobretodo, me necesito a mí, toda entera, y no en pedacitos, como estoy ahora.

Te pido perdón, cariño,  porque cambié, porque me fui, porque no debes saber dónde está esa chica que conociste un día.

La vida me dio unos golpes, y no supe curarme bien las heridas. Algunas se quedaron ahí, expuestas, abiertas en canal y tú, que también tienes las tuyas, empezaste a hurgar con tu dedito en mi dolor.

Y yo me dejé, porque pensé que contigo las cosas eran así, y que, con tal de compartir mi pena, no me importaba que fueras tú el que hiciera que escociese.

Te pido perdón porque no lo supe hacer bien, porque me castigué a través de ti, porque te dejé perder al mismo tiempo que me perdía a mí.

Y ya es tarde, rey mío. Ya estoy aquí, he vuelto y me he encontrado el mundo roto, ya no es ideal. Y en este mundo yo no quiero vivir, pero si lo hiciera, ya no sería contigo.

Gracias, por todo, lo malo también me lo llevo, algo construiré con eso también.

Te quise, pero no bien, a mí tampoco, discúlpame y, si puedes, soluciona tus mierdas, y así este ciclo no se repetirá ya más.

Yo me voy a juntar los pedazos, a aprender a quererme, a reconocer quién soy, a descubrir lo que quiero, a bailar bajo la lluvia sola o acompañada, a volver a reír a carcajadas hasta que me duela la tripa, a no preocuparme de si mis actos avergüenzan a alguien, a estar orgullosa de mí y de cada paso que doy, a darle sentido a todo esto de la vida.  

Corazón, me voy a VIVIR.










2 comentarios:

¿Qué te cuentas?