martes, 10 de marzo de 2015

Guarradaspuntocom


VIERNES.

Hoy me apetece hablar de cerdadas.

Momentazos de la vida en los que te das cuenta de que te la han pegado pero bien. Que te quedas con una cara de gilipollas épica.

Mientras escribo, veo como le abren la puerta de una sala destinada a reuniones de equipo a una tipa que posiblemente me sustituya a mí. Totalmente de estrangis in de nait.

Es hermoso.

Hermoso es haber comido hace tres horas con mi jefa directa, habernos reído, haber hablado de las vacaciones de verano, de planes. Incluso nos hemos echado las cartas del tarot entre risas, yo he preguntado si iba a continuar en la empresa en el mes de mayo, porque me renuevan de mes a mes y este de marzo ya me lo iban a renovar...

Me ha podido mirar a la cara, incluso hemos comentado el resultado de la lectura de las cartas que indicaban que sí iba a continuar. ¡Qué máquina de tía!

¿Cómo ha podido?

Yo sería incapaz de mirar a los ojos a alguien que te habla con ilusión de algo, que sabes secretamente, no va a continuar viviendo.

Siento que me han partido el corazón. No era necesario. Ha sido muy feo.

También es hermoso que el lunes termine mi contrato actual y que, aunque hace una semana me dijeron que me renovaban "de palabra", ahora no tenga ni  idea de qué va a ser de mi vida después del fin de semana. 
 
"Have a nice weekend"  Me dice el último cliente de la tarde, por teléfono desde Omán. 
"Tu puta madre",  le contesto mentalmente.

Melodrama davinís-tico modo ON.


SÍMIL ABSURDO QUE SE ME HA OCURRIDO.

Pongamos que esto no es una relación contractual (bastante irregular, por cierto).

Pongamos que es una relación entre dos personas, en la que el otro integrante dice "quiero que estés conmigo, pero desde hoy te dejo claro que será únicamente por un mes".
Accedes porque el tío está tremendamente bueno y además te estimula intelectualmente.

Al acabar el mes, te pide continuar otro más. Ahí ya las cosas se ponen raras, comienzas a no ser demasiado dueña de tu futuro, ahora la continuidad de la relación la va determinando él. No sabes si eso te acaba de hacer sentir cómoda, pero no tienes otro macizo a la vista, así que accedes.

En el tercer mes te presenta a sus amigos, encajas perfectamente y la cosa continúa.

Durante el quinto, tú ya lo tienes completamente integrado en tu vida y te permites ilusionarte, cada vez que se aproxima el fin de vuestro acuerdo, te entra el telele, pero cuando lo prorroga, te enamoras un poco más de él.

En el mes seis un día te habla de otra persona, te acojonas hasta límites insospechados, sufres lo indecible, pero el caso es que finalmente esa persona termina desapareciendo, te quedas tú.

Es inevitable ilusionarte, pensar que  cambiará de opinión porque sabes que tú eres la mejor opción, te dejas llevar por la alegría de que te haya escogido a ti y empiezas a dibujar corazones con vuestras iniciales dentro.


Un día del séptimo mes decide presentarte a sus padres, crees que es un poco demasiado para ti pero accedes en pos de demostrar tu grado de implicación en esto. Aunque te supone una gran ansiedad, y ya tienes bastante con vuestra incierta relación y con conocer a todos sus amigos.


Ese día te lleva a comer con ellos. Es difícil, estás tensa, insegura, pero lo superas.

Por la tarde vas a su casa, abres la puerta con las llaves que te dio el primer día de vuestro acuerdo, levitando de felicidad sobre nubes de azúcar, dispuesta a empezar a relajarte, porque ese chico que tanto te gusta ha entrado en razón, por fin.

Y todo es maravilloso en tu país de la piruleta, hasta que te lo encuentras follándose a otra, cual ñu en celo, en la misma cama donde dormía contigo.

Pongamos que entonces llegamos a la conclusión de que el muchacho se ha comportado como un hijo de puta, hubiera sido más sencillo decirte que estaba conociendo a otra, ser sincero. Decir la verdad siempre es la mejor opción, la más sana para todo el mundo.

Tú tampoco has andado corta de culpa, pues aunque con los meses se iban difuminando los términos del primer acuerdo, ahí estaban. Era una posibilidad, ¡¡¿para qué te enamoras?!!


Pues porque eres humana.

Las cosas se pueden hacer bien, normalmente cuesta más, pero merece la pena el resultado, se minimizan los daños y evitas que maldigan a toda tu estirpe.


LUNES.

Tras dos días buenos de reflexión, y gracias a mi recién adquirida habilidad para meterme dentro de mi mente y de mi alma y coser las heridas, hoy he vuelto al trabajo con una sonrisa de esas tan grandes como las monedas antiguas de cinco duros.

Cuanto más sonrío, más buenas son las caras de desconcierto de mis compañeros, los mismos que me vieron el viernes hecha un cuadro de Picasso, tras el shock.

Y más me divierto.

Y es que no hay nada como sentir que tienes el poder, que has decidido que ya no permites que otros elijan, porque tú te eliges a ti.

Así que estoy incluso emocionada pensando en las nuevas aventuras que me aguardan. Planeando los pasos a seguir para hacerlo muy, muy bien. Reflexionando lo que me llevo: de aquí salgo mucho más avispada, con mejores recursos, mejor formada; y todo esto pienso regalárselo a la próxima empresa que me dé la oportunidad de desarrollarme con ellos.

Ya no espero. Ahora yo decido.





4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Otra cosa no, pero grande soy un rato, por eso te conocí a través de tu blog www.lagorditapresumida.com
      Un besito!

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  2. Ayssss había publicado y se ha borrado...

    Pues nada, chiquilla, que te decía que ni tu empresa ni tu jefa han estado a la altura, en absoluto. Eso no se hace. Asi que ojalá, seguro, encuentres una empresa que esté a tu altura, que es mucha, no hay más que leerte.

    Y otra cosita, guapa... ¿ya has mirado si eso de hacerte contratos de mes en mes es muy legal? Me da a mí que no... a ver si al menos puedes luchar por lo que es tuyo...

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    1. Hola Elena, gracias por leerme, por comentar y por aconsejarme.
      Un besito!

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